El voto de la mujer en México

El 17 de octubre de 1953, conforme a las reformas de los artículos 34 y 35 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, se dio plenitud a los derechos políticos y civiles de las mujeres, hasta entonces solo algunas legislaturas estatales habían otorgados la igualdad política a las mujeres, siendo entre 1923 y 1925 que los estados de Chiapas, Yucatán y Tabasco, otorgaron el derechos de votar y ser votadas para cargos de elección popular.

Desde el Porfiriato, en el afán de seguir las vanguardias políticas y sociales ya existían agrupaciones que buscaban la igualdad plena entre hombres y mujeres, en 1879, con motivo del Primer Congreso Obrero, inició el activismo organizado que llevó en 1906 a la solicitud de modificar los artículos 34, 35 y 115, que no fueron tomados en cuenta por el grado de tensión entre el movimiento obrero y el gobierno de Díaz desde 1905.

Para 1915 volvió a hacerse la solicitud sin éxito, con la Constitución de 1917 se otorgaba la igualdad a la mujer pero no se le concedía el derecho a voto por considerar que la mujer no estaba preparada para decidir en asuntos relacionados a la actividad política y pública pues su función estaba limitada al hogar y el cuidado de los hijos.

El mismo argumento fue usado en 1937 para rechazar desde el Congreso la iniciativa de reforma para dar plenitud e igualdad de derechos políticos a las mujeres, teniendo incluso el apoyo de muchas mujeres por la campaña usada a través de la festividad del día de las madres, creada para invocar la obligación de la mujer en el hogar.

Tras la Convención de los Derechos de la Mujer, celebrada en las Naciones Unidas en marzo de 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines, firmó el compromiso que derivó en la modificación de la constitución y el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres para votar y participar de la vida política en octubre del mismo año.

Aunque algunos grupos conservadores y extremistas aseguran que la mujer al votar y aspirar a cargos públicos es “olvidar su papel dentro de la educación de los hijos y la preservación del hogar” o “seguir el juego para perpetuar el patriarcado”, en México y en el mundo la participación activa de la mujer es hoy un paso importante para llegar a la plenitud de la igualdad en la vida pública y privada de todos los individuos en la sociedad.

Imagen de Tim Mossholder en Unsplash