mié. Mar 27th, 2024

Sabor cantinero de México

Recorrido por cantinas icónicas y lugares históricos de la Ciudad de México.

La Ciudad de México, inolvidable Distrito Federal, Chilangolandia, la Ciudad que nunca duerme, tiene todo para aquellas almas aventureras que buscan desde un parque para caminar, un museo, un tianguis, edificaciones modernas, construcciones clásicas, hasta aventuras especiales que cambian nuestra percepción de diversión.

Uno de los principales atractivos turísticos de esta contrastante ciudad, sin lugar a duda es el centro histórico, lugar que combina historia, tradiciones, arquitectura, cultura y energía.

Centro histórico Ciudad de México. Imagen: Jezael Melgoza on Unsplash

En esta ocasión, Porco Roma te comparte una grata experiencia sobre nuestra visita a cuatro cantinas que nos transportan al pasado de ese México auténtico, clásico, único, y que nos permite visualizar en el presente esas magníficas experiencias por las irreverentes calles de esta gran ciudad.

Nuestra ruta inicia en el impactante Palacio de Bellas Artes, una de las más reconocidas casas de arte en el mundo. Este recinto fue inaugurado en el año de 1934, observarlo nos da un suspiro y nos hace recordar aquellos años de oro en México, un deleite ocular para cualquier visitante nacional o extranjero, que a nosotros nos encanta admirarlo en cada visita. Sólo basta girar para encontrarnos con el primer contraste, la majestuosa Torre Latinoamericana, considerada el primer edificio más alto con fachada de cristal y aluminio de México, construido en 1956.

Continuamos caminando por la muy conocida calle de Madero, en donde observaremos tiendas de ropa, electrónica, restaurantes, taquerías, artistas urbanos, entre otros escaparates.

Palacio de Bellas Artes. Imagen Matthias Mullie on Unsplash

“La Faena”

Distintos rostros, matices, y murmullos que nos acompañan hasta llegar a la calle de Venustiano Carranza 49, en donde antiguamente se situaba el ex Palacio del Marqués de Selva Nevada, hoy en día la cantina “La Faena”.

Cada paso nos invita a adentrarnos en este lugar, comenzamos a ver pinturas, azulejos antiguos en sus pisos, altos techos, paredes de madera. Observamos con impacto maniquíes que de inicio causan cierto desconcierto, sin embargo, nos percatamos de que este sitio es un verdadero museo taurino. Elegimos nuestra mesa sin dejar de apreciar los óleos que reflejan la tradición e historia taurina.

Sentados en esas conocidas mesas de plástico, con la marca de una famosa cervecera nacional, apreciamos un teléfono antiguo y una caja registradora que nos hace comprender el por qué es una de las cantinas más tradicionales y antiguas de la ciudad.

Cantina “La Faena”.

Se despierta en nosotros ese interés de conocer más sobre este espacio, cuando observábamos una Virgen de Guadalupe en su altar, llega un hombre de edad mayor para preguntarnos ¿Qué les traigo jóvenes?, dado que es una tarde calurosa y observando en las mesas que nos rodean unas refrescantes cervezas, decidimos pedir una “obscura de barril”, la cual llega a los pocos minutos acompañada de unas deliciosas quesadillas de papa que decidimos ordenar. Fue una elección muy inteligente, pero no podemos conformarnos con solo una “bola de cerveza” y decidimos pedir otra para aventurarnos a una segunda caminata.

Con mucho ánimo de aventurarnos a conocer otro emblemático lugar de nuestra ciudad, caminamos hasta topar con el Templo Mayor, este sitio arqueológico e histórico que al ser descubierto permitió recuperar más de 7 mil objetos, así como los vestigios del templo Mayor de Tenochtitlan, legado de la cultura mexica.

“Salón España”

Después de ese deleite visual que nos brindó la zona arqueológica del Templo Mayor, arribamos a una de las primeras calles oficiales del centro histórico, Luis González Obregón número 25, esquina con República de Argentina , llegamos al famoso “Salón España”,

Nos dan la bienvenida esas pequeñas y clásicas puertas de madera que nos invitan a descubrir que hay en su interior, y ¡oh sorpresa!, observamos que la cantina tiene una carta que nos ofrece una variedad de 250 etiquetas diferentes de tequila, sonreímos y pensamos “estamos en el lugar correcto”.

Esta cantina fue fundada en el año 1925 por refugiados españoles, hoy en día encontramos un mix de la historia de la tauromaquia combinada con visuales que hacen referencia al cine mexicano.

Salón España“.

Es sábado y esperamos ansiosos conocer la botana del día, gran sorpresa, nuestro amable mesero nos pregunta “¿Les traigo pozole?”, sin dudarlo sonreímos y respondemos con un ¡sí!

Disfrutando de un buen tequila, nos deleitamos con un mural de la antigua ciudad de México, justo en la parte superior de la barra, esa barra tradicional, histórica y memorable.

“La Peninsular”

Ya adentrados en el mundo del tequila, decidimos continuar nuestro camino para llegar a la famosa y alejada cantina “La Peninsular”. Entre vendedores ambulantes y un gran bullicio, nos situamos en la calle de Corregidora, entre Roldán y Alhóndiga, considerada una de las cantinas más antiguas que abrió sus puertas en 1872.

Ingresamos a la casona por unas puertas clásicas cantineras, teniendo en su interior una imagen muy agradable, rústica y moderna, lugar favorito de bohemios y en donde las botanas suenan candentes.

La Peninsular”. Imagen: Facebook Cantina La Peninsular

Nos ubicamos al centro del salón, solicitando frescas margaritas tradicionales, que en conjunto al fondo musical en vivo, nos invita a bailar al son de “Juana la cubana”.

Adentrados en la deliciosa música tropical, las margaritas y con un poco de hambre, degustamos sus famosos “tacos cachondos”, “un cachondeo a tu paladar”, nos advierte la carta. El cachondeo resulta ser: tacos dorados de cochinita pibil, bañados en salsa de achiote con su cebolla morada y habanero, ¡exquisitos! Al terminar los tacos decidimos trasladarnos a la tan mencionada Cantina “La Mascota”.

“La Mascota”

Entre risas durante el trayecto, apreciamos el nocturno Centro Histórico, llegando a nuestro destino final en la calle de Mesones 20, tras las puertas, un espacio iluminado y renovado sin perder su estilo cantinero, caluroso ambiente que nos lleva a pedir otras margaritas y un brandy campechano perfectamente preparado por un joven cantinero que pareciera una máquina en su servicio.

Cantina “La Mascota”

La esencia es exitosa, entre nacionales y extranjeros que cantan a todo pulmón, baladas románticas, que van desde Alejandro Fernández a José José, entonamos algunas melodías en compañía de todos los asistentes que amablemente alzan sus copas con una especial complicidad.

Pero no todo es amor y desamor, porque de repente llegan también las cumbias que nos hacen pararnos a bailar a pesar del reducido espacio. Sin percibir el tiempo y la noche, el atento mesero nos lleva la botana, un suculento y extraordinario “Chamorro frito”, con tortillas de maíz y salsa muy picante, que nos hace terminarlo en un abrir y cerrar de ojos.

Fascinados con las experiencias de este día, quedamos en espera de nuestra próxima visita a otras icónicas cantinas del magnífico Centro Histórico de la Ciudad de México.

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Vive otra gran experiencia de Porco Roma con el siguiente articulo sobre nuestra hermosa ciudad de Oaxaca:

Imagen portada Sabor cantinero de México: Designed by master1305 / Freepik

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