El Destructor negro de A. E. van Vougt

Lector de ciencia ficción desde su juventud, A. E. van Vogt. envía su primer relato “Vault of the Beast” a la revista Astounding Science Fiction, dirigida entonces por el célebre John W. Campbell en 1938, pero fue rechazado.

Van Vogt en vez de desanimarse continúa escribiendo y en 1939, al mes de contraer matrimonio con Edna Mayne Hull, es que aparece su relato “Destructor negro” en el número de Astounding de junio, considerado el primer relato de la Edad de Oro.

Trabajó en el Departamento de defensa durante los años 40, y en los 50 ya instalado en Los Ángeles, California, entra en la Dianética, tiempo en el cual dejará de escribir hasta los años 70, momento que no tuvo la trascendencia de sus primeros años.

Van Vogt tenía un estilo propio, rodeado en cierta forma por grandes personajes como Ray Bradbury, Theodore Sturgeon, Arthur C. Clarke e Isaac Asimov. Sin tener la formación, la cultura y las capacidades que daban forma a estos escritores creó el fix-up, que es la extensión de una solo historia a lo largo de varios capítulos o relatos independientes de forma congruente, como haría Isaac Asimov con “Yo, robot” y “Fundación”, desarrollando a lo largo de la trama a diversos personajes entre principales y secundarios.

La novela resultante de “Destructor negro” se llamó “El Viaje del Beagle Espacial”, que narra las aventuras de un grupo de exploradores en una nave espacial entre sus encuentros con extraterrestres y sus conflictos internos, lo cual llevará a inspirar la serie “Star Trek” y la película “Alien, el octavo pasajero”.

Destacan sus novelas “Slan” (1940), “El mundo de los No-A” (1945) y “El viaje del Beagle Espacial” (1950).

En 1995 recibe el título de Gran Maestro y en 1996 ingresa al Salón de la Fama de la Ciencia Ficción.

Tras padecer de Alzheimer, muere por una neumonía el 26 de enero de 2000.