mié. Mar 27th, 2024

Día Nacional del Cine Mexicano

El 15 de agosto de cada año se celebra el Día Nacional del Cine Mexicano.

El 20 de abril de 2017, la LXIII Legislatura del Senado mexicano aprobó de manera unánime una iniciativa que establece que el 15 de agosto de cada año se celebre el Día Nacional del Cine Mexicano. 

El objetivo de este día nacional es reconocer el aporte cultural e ideológico de la producción cinematográfica nacional, así como promover estímulos para la industria.

ANTECEDENTES DEL CINE MEXICANO

CINE MUDO Y LA PRIMERA PRODUCCIÓN SONORA

El cinematógrafo Lumière llegó a México en agosto de 1896, nueve meses después de su aparición oficial en el Gran Café del Boulevard de las Capuchinas, en París. Invento traído por Ferdinand Bon Bernard y Gabriel Veyre, agentes de los hermanos Louis y Auguste Lumière.

En ese año se realizó el filme francés Un duelo a pistola en el bosque de Chapultepec sobre un hecho real, y en 1897 la primera cinta muda de producción mexicana Riña de hombres en el Zócalo.

En el periodo 1906-1932, se realizó la distribución y exhibición de películas mediante el apoyo de compañías de capital extranjero y el crecimiento del número de salas.

Con Santa, producción sonora realizada por Antonio Moreno, estrenada en marzo de 1932, se sienta las bases de un sistema de producción seriada, con lo que se dan las condiciones para provocar el cambio del régimen artesanal al esquema industrial.

El factor que permite tal desarrollo es el sistema sonoro inventado y patentado por los hermanos Rodríguez Ruelas, llegados de Hollywood.

En la etapa de 1932-1936, el incipiente cine sonoro mexicano inicia una competencia tanto con su propio mercado como el de los países de habla española, contra las cintas “hispanas” filmadas en Hollywood y las películas realizadas en España o Argentina.

ÉPOCA DE ORO

Según José María Sánchez García, 1936 fue “el año de la gran crisis en el que llegó a temerse la desaparición del cine nacional, debido a que los públicos de habla hispana, tanto nacionales como extranjeros, rechazaban las películas mexicanas. Vino entonces la película que salvó a la industria de una ruina inminente y que probó que en México somos capaces de producir cine de calidad. Aquella película fue Allá en el Rancho Grande“, dando inicio a la época de oro del cine mexicano.

El éxito enorme de Allá en el Rancho Grande se produjo sobre todo en los mismos mercados extranjeros, empezando por los americanos de habla castellana, habituados a la visión hollywoodense de lo mexicano.

En el cine urbano de los cuarenta, ofrece escenas inolvidables como la de Cantinflas en el tribunal de Ahí está el detalle de Juan Bustillo Oro. En Distinto amanecer de Julio Bracho de 1943, Andrea Palma se enfrenta al dilema de escoger entre el amor y el deber en la estación de ferrocarriles de Nonoalco. María Félix, estudia ante el espejo su rostro de “dueña de vidas y haciendas” en una escena de Doña Bárbara de Fernando de Fuentes del mismo año.

El melodrama familiar definitivo de Bustillo Oro concentró en un todo armónico las convenciones del género y las potenció, de modo que sus efectos se encontrarán en varios melodramas de las siguientes décadas.

CINE DE LUCHADORES Y CABARET.

La crónica urbana, el cabaret, los ambientes prostibularios y de juerga, con sus padrotes, millonarios sin escrúpulos, conductores de autobuses, raterillos y trabajadores de esa gran ciudad que empezaba a sobrepoblarse, vista en filmes como Nosotros los pobres, ¡Esquina bajan!, El rey del barrio, Donde el círculo termina, Quinto patio, Salón México, Víctimas del pecado y Los olvidados , entre muchas otras, no sólo daba fin a la llamada Época de Oro del cine mexicano, sino que dejaba su paso a uno de los subgéneros más escapistas, el cine de luchadores, nada más alejado del contexto nacional de entonces.

A pesar de que a principios de los cincuentas se realizan cuatro cintas con la lucha libre como tema, no fue sino hasta el inicio de la década siguiente cuando el cine de luchadores y el humor de las cintas de Capulina, opacarían los primeros brotes de rebeldía social en el sexenio de Adolfo López Mateos y, más tarde, la comedia juvenil a go-go de los sesentas funcionaría como válvula de escape a los sucesos de sangre y represión del sexenio siguiente.

EL NUEVO CINE MEXICANO CON APOYO ESTATAL

El nuevo cine mexicano tuvo una rápida gestación durante la primera mitad de la década de los sesenta.

Gradualmente se gestaba el grupo básico que integraría el experimento de cine gubernamental organizado en el sexenio de Luis Echeverría, quién apoyo el surgimiento de casas productoras, hasta llegar a crear productoras gubernamentales (Conacine y Conacite I y II).

La Cineteca Nacional de México se inauguró el 17 de enero de 1974 con la proyección de la película El compadre Mendoza (1933), de Fernando de Fuentes, con el objetivo de preservar el patrimonio fílmico nacional e internacional.

En la década de los setenta existen escenas memorables están ligadas a un cine con preocupaciones sociales muy definidas: Canoa de Felipe Cazals (1975), El lugar sin límites de Arturo Ripstein (1977), y Fe, esperanza y caridad de Bojórquez, Alcoriza y Fons (1972).

Sin embargo, los viejos productores ofrecían películas de bajo costo con albures y desnudos con cómicos y vedettes. El monopolio de televisión también produce cintas sencillas y de corte familiar.

Para 1980, el Estado participó en la producción de 57 películas. El apoyo otorgado a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y del Fondo de Fomento a la Calidad Cinematográfica, fue para realizadores mexicanos, aunque algunos cineastas latinoamericanos se vieron favorecidos por él.

Películas mexicanas como Cabeza de Vaca de Nicolás Echevarría, Danzón de María Novaro, La mujer de Benjamín de Carlos Carrera, Angel de fuego de Dana Rotberg, Cronos de Guillermo del Toro, Principio y fin y La reina de la noche de Arturo Ripstein, El callejón de los milagros de Jorge Fons, Bienvenido/Welcome de Gabriel Retes, y Como agua para chocolate de Alfonso Arau entre otras, participaron en importantes festivales internacionales, ubicando al cine nacional en el primer lugar entre los de América Latina.

CINE MEXICANO CONTEMPORÁNEO

En las últimas décadas, el cine mexicano ha recobrado el prestigio que en algún momento se obtuvo, mediante las aportaciones de nuevos valores.

Alfonso Cuarón, cineasta mexicano considerado como uno de los más prometedores de su generación y de trascendencia internacional, ha dirigido filmes de éxito como: Sólo con tu pareja (1991), La princesita (1995), Y tu mamá también (2001), Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2005), Children of Men (2006) y Gravity (2013). Finalmente, con Roma (2018) obtuvo el primer Óscar para México en la categoría película extranjera.

Guillermo del Toro, director, guionista, productor y novelista mexicano. Con interés particular en terror, monstruos y seres fantásticos, representados en El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006).

Alejandro González Iñárritu, cineasta, guionista, productor y compositor. Con Amores perros (2000), bajo el guión de Guillermo Arriaga, presenta la no-linealidad de su tiempo narrativo, con una historia sintetizada de una ciudad que vive, simultáneamente, millones de tiempos, a través de millones de miradas. Adicional, Alejandro en su carrera cuenta con reconocimientos por: 21 gramos (2003), Babel (2006), Biutiful (2010), Birdman (2014) y El renacido (2015).

Los cineastas mexicanos contemporáneos han dado a la industria interesantes muestras de renovación en su lenguaje al patentizar la diversidad cultural del país y al fijar un movimiento intrusivo de figurantes que habían sido ignorados por corrección política o desinterés.

En este sentido, los actuales filmes nacionales tienden a romper con la linealidad del tiempo narrativo, encaran el tejido social, desmitifican los roles de antaño, y se tornan incluyentes, conquistando así el lugar que desde principios de los años noventa la pantalla grande nacional demandaba.

Referencias bibliográficas:

La industria cinematográfica en México: perfil histórico-social, Eduardo de la Vega Alfaro.

El alba de los deseos: la sensualidad en el cine mexicano, Andrés de Luna.

Guiones y guionistas en el cine mexicano, Tomás Pérez Turrent.

El México de ficción en el cine nacional, Rafael Aviña.

El cine mexicano reciente y sus perspectivas, Nelson Carro.

Periodicidad histórica del cine mexicano, Moisés Viñas.

Photo by Noom Peerapong on Unsplash

Gracias por compartirnos en tus redes:
Subscribe
Notify of
0 Comentarios
Inline Feedbacks
View all comments